Cementerio General del Sur: donde los difuntos no logran descansar en paz

Resultado de las profanaciones. FOTO. YSB.
Reportaje Especial



*** En dicho camposanto donde abunda la delincuencia, profanación, prácticas de santería y babalao, y ventas ilegales, reposan celebres personajes de la historia de Venezuela

(Caracas, 2-11-15).- El Cementerio General del Sur, camposanto creado en el año 1876 bajo la administración del presidente de Venezuela, para ese momento, Antonio Guzmán Blanco, se ha convertido en uno de los lugares preferidos para la práctica de profanación de tumbas, santería, palería, delincuencia y ventas ilegales, todo eso, “frente las narices” de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y la administración de dicho cementerio como Fundacaracas y Fundapatrimonio.

Pero esto no se logra visualizar desde el momento en el que se ingresa al camposanto, sino, al comenzar el recorrido entre las calles que llevan a las tumbas donde, dichos por los propios familiares, ya los difuntos no logran descansar en paz, “porque no se sabe si los utilizarán para brujería. Ni nosotros dormimos en paz sabiendo que dejamos a nuestros familiares en un lugar donde no sabemos si al regresar, vamos a encontrar sus restos”.

Dicha afirmación fue realizada por una visitante quien prefirió no identificarse, sin embargo, expresó que no existe un servicio de vigilancia para el interior del cementerio, solo en la puerta. Además se realizó la interrogante de ¿dónde estará la policía cuando profanan una tumba? O ¿dónde está la administración del cementerio que ni siquiera pasa una escoba en las aceras?

Personas como esta, coinciden en que el estado en el que se encuentra el lugar donde “descansan los muertos” ya no es un lugar seguro ni para los visitantes, porque hay quienes han sido despojados de sus pertenencias cuando acuden a llevar flores y velas a sus familiares, hasta quienes resultan asesinados por oponerse y hacer resistencia.

En cada cuadra se pueden ver restos similares. FOTO. YSB
Administración que no da respuesta
Hasta los momentos, se conoce que la administración del Cementerio General del Sur, es llevada a cabo por FundaCaracas y FundaPatrimonio, ambas, fundaciones del Gobierno Bolivariano, quienes hasta la fecha, no han dado respuestas ni pronunciamiento al respecto del estado en el que se encuentra el camposanto.

Precisamente, en el mes de mayo del presente año, el Cabildo Metropolitano a través del presidente de la Comisión de Seguridad Ciudadana y Derecho Humanos, Carlos Guillermo Arocha, denunció que hasta ese momento, un 40% de las tumbas habían sido profanadas, a lo que calificó dicha cifra como “algo grave”, por lo que hizo un llamado al alcalde Jorge Rodríguez para que atienda la situación.

“O las autoridades lo aceptan o están metidas en el negocio de la venta de huesos y de cadáveres, también entiendo que se usan para cuestiones de brujería, esto es una cosa muy grave nunca antes visto en Venezuela, no es posible que el alcalde de Libertador no se ocupe de Caracas”, dijo Guillermo Arocha en su momento.

Pero anteriormente a esas declaraciones y denuncia del concejal, el presidente de la República, Nicolás Maduro, había realizado una visita al Cementerio General del Sur el 1 de marzo de 2015, con el propósito de realizar una ofrenda floral a los caídos del 27 de febrero de 1989 durante los hechos ocurridos de El Caracazo.

Dicha visita fue realizada de forma imprevista, lo que generó que no se encontrará mucha gente en el lugar, sin embargo, algunos visitantes pudieron constatar que el mandatario nacional hizo un recorrido “no muy largo” por algunas calles del cementerio, donde pudo darse cuenta del estado en el que se encuentra.

Algunos de los presentes alegan que el presidente Maduro prometió acabar con las malas prácticas en el cementerio, mientras que otras especulan que la visita “fue para otorgar permisos especiales para la práctica de santería”. Dicha acotación es el resultado de especulaciones que no pueden ser confirmadas debido a que son comentarios que dice la comunidad adyacente al camposanto.

Hasta la fecha, el estado de deterioro del Cementerio General del Sur sigue avanzando, lo que demuestra que las promesas del mandatario nacional, se quedó solo en promesa, a diferencia de los lugares donde reposan figuras como Lina Ron, Eliezer Otaiza, Robert Serra y Jorge Rodríguez (padre), que además de encontrarse en la primera esquina de la entrada, se encuentran en perfectas condiciones y con remodelaciones que a nivel de costo, equivalen a una gran inversión monetaria.

Estado de abandono notorio
Las aceras también sufren el abandono de la administración. FOTO. YSB
Hablar de lo que fue declarado en el año 1982 como un Monumento Histórico Nacional, es decir que de aquello solo quedó el abandono. En el lugar descansan restos de personajes célebres como: Armando Reverón, Raimundo Andueza Palacio, Juan Pablo Rojas Paúl, Miguel Otero Silva, Carlos Delgado Chalbaud, Andrés Mata, Martín Tovar y Tovar, el general Ramón Centeno, Victorino Ponce, Juan Antonio Pérez Bonalde, Látigo Chávez, Anacleto Clemente Bolívar, Jorge Rodríguez, Rómulo Gallegos, Argimiro Gabaldón, Fabricio Ojeda, Aquiles Nazoa, Andrés Eloy Blanco, Lina Ron entre muchos otros.

Lo que pudo haber sido en su momento, un lugar considerable para el descanso eterno de los difuntos, hoy es un espacio donde las calles están destrozadas, las tumbas profanadas, la maleza crecida y la basura reinando en cada esquina.

Trabajadores del cementerio, quienes se encargan de hacer todo el procedimiento logístico para la sepultura, aclaran que en varias ocasiones la gente se ha quejado, pero nunca son escuchados, “al contrario, a los que se quejan en la administración los buscan por ahí después y los tildan de soplones. Eso podría hasta llevarlos a tener problemas”. Así comentó uno de los trabajadores quien tampoco quiso identificarse, incluso, recomendó que no se buscara información en las oficinas administrativas del cementerio, “porque te van a fichar”.

Este tipo de acciones hacen que los visitantes se sientan impotentes pero a la vez resignados a no solo visitar cada fin de semana a su difunto, sino también, a las inacabables pilas de basuras, la creciente maleza, la cada vez más alarmante profanación y sobre todo, la zozobra de no saber si serán atracados o mucho peor, si saldrán con vida.

Prácticas indebidas
A simple vista se encuentran las tumbas profanadas. FOTO. YSB
El mal estado en el que se encuentra el Cementerio General del Sur no es lo único que preocupa a los visitantes. La que se ha vuelto una mayor preocupación es la profanación de tumbas para extraer huesos de los difuntos y usarlos para prácticas de palería, una religión que suele trabajar con muertos.

Para nadie es un secreto que dicha religión ha logrado tener un importante crecimiento en el mundo y ha logrado expandirse a territorios venezolanos. Pero no solo ha crecido la práctica, sino también la necesidad de buscar los recursos necesarios para poder realizarla: huesos de difuntos.

Recientemente se hizo noticia no solo la profanación en el camposanto mencionado, sino también en el estado Vargas, específicamente en el Cementerio Municipal de la entidad de Litoral, donde reportan que existe un 25% de fosas profanadas, hecho que atribuyen a la escasa presencia de cuerpos policiales.

Pero quizá ese no es el caso del Gral. Del Sur, debido a que en toda la entrada, se puede observar una alcabala de la PNB que se mantiene activa las 24 horas del día los siete días de la semana, cosa que hace que las personas se pregunten, ¿cómo es que no escuchan cuando destruyen las tumbas? ¿Serán ellos cómplices de lo que sucede? 

En ese sentido, el diácono Rafael Plaza, quien realiza misas en la capilla del camposanto, critica en repetidas ocasiones el hurto de osamentas, para lo que agrega que “esto es un supermercado de huesos donde se puede conseguir por dinero parte de una osamenta humana. Estos restos son sagrados porque pertenecen a personas que recibieron sacramentos, por lo que manipularlos es un pecado”.

Al realizar una visita por el lugar, y luego de varias conversaciones con familiares, todos coinciden que lo que más suelen hurtar es el cráneo. Algunos, quienes conocen sobre la palería, afirman que ellos (los paleros) no hurtan por hurtar,  primero consultan con “el muerto”, y si él se los permite, proceden a realizar la profanación y a llevarse lo que necesiten.

A pesar de esta y muchas otras razones, centenares de personas que a pesar de todo siguen acudiendo con frecuencia, dicen que no pueden abandonar a sus difuntos. Más que una petición, hacen una exigencia a las autoridades encargadas para que se preocupen por el lugar y frenen las prácticas ilegales, para poder contar con un camposanto donde sí se pueda descansar en paz. (FIN/ YSB).


A quienes usan las tumbas antiguas como botaderos de basura. FOTO. YSB

Acostumbran abrir fosas muy antiguas. FOTO. YSB


Entre la maleza y las profanaciones, hay tumbas que quedan enterradas bajo escombros. FOTO. YSB












No existe administración que recoja los ataudes desechados. FOTO. YSB.

Algunos huesos quedan expuestos a la luz pública. FOTO. YSB





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