Víctor C. Rodríguez: “Escribo todo aquello que me haga guiños en un particular estado de ánimo”


Fotografía cortesía del escritor. Vícto C. Rodríguez

*** El escritor venezolano describe durante la entrevista, cómo fueron sus primeros pasos en la literatura y cómo fue el proceso para iniciar profesionalmente en la profesión que catalogo como una pasión

Caracas, Venezuela.
Yeixon Santaella. @yeixonsb

La literatura puede ser definida dependiendo de las acciones y experiencias en las que un escritor se ve envuelto. Víctor C. Rodríguez, autor venezolano, narró para Visión Literaria, sus comienzos en la literatura y todo lo que ha logrado a través de ella.

Bajo la comodidad de su hogar, acompañado quizá de un buen aperitivo, el escritor abrió su cuenta de correos para comenzar a responder cada una de las preguntas que se le fue planteada por esa vía. 

Algo muy peculiar que el autor destacó, fue que para él, la escritura tiene un gran significado, pero alega que puede escribir “todo aquello que me haga guiños en un particular estado de ánimo”.

Víctor. C. Rodríguez, además de escritor, es conocido como docente de diversos institutos por más de 40 años, para luego darle paso a la literatura. Es creador de Lo que viene del alma, en 1998; Poemas que alzaron vuelos, publicado en 2008, seguido de Reminiscencia de un masón alejado; hasta su más reciente obra, En tres y dos… lanza.


“Para que haya un escritor tiene que haber un lector y viceversa”

- ¿Cómo comenzó Víctor Rodríguez en el mundo de la literatura?
- Desde pequeño, la manifestación del arte estuvo rondándome por expresiones familiares, básicamente. Comencé con la música, cantando y escribiendo canciones con el entusiasmo adolescente. De hecho, Sacven tiene registradas algunas de ellas. Pero mi carrera docente me envolvió y sólo después de mi salida de educación y a cierta edad, un poco tarde, pienso, intenté retomar ese sendero creativo que dejé de transitar cuando joven y he tratado de seguir a estas alturas de mi vida ese camino literario; por lo que puedo decir que la creatividad siempre estuvo en mí. 

– ¿Sus novelas hacia qué público van dirigidas?
- Cada obra se presenta como un mundo propio, con sus características definidas, partiendo de un instante de reflexión o de una visión fugaz o de un celaje que nos obnubiló por un momento. Si esa impresión se queda fija por un lapso de tiempo considerable, puede ser que dé para iniciar una senda creativa. A veces resulta y toma cuerpo; otras no y se disipa. De modo que el público dependerá de las características que se fijarán a partir de esa visión primera.  

– De todas sus publicaciones, ¿cuál a su juicio sería la que más impactó en usted?
- He tratado de narrar hechos que tienen que ver con mi pueblo natal, porque con ello busco aportar algo en el sostenimiento de su memoria. Creo que en todos los pueblos hay un Macondo escondido donde ocurren episodios asombrosos, pero tratados con la cotidianidad de la actividad diaria. Tucupido, en el estado Guárico, es uno de esos pueblos. De allí que, “Por las hendijas del pasado”, sea mi narración publicada que más me ha impactado, porque pude ver plasmada en físico, mis andanzas adolescentes pueblerinas, como si fuera una crónica llanera, a decir del poeta Alberto Hernández, prologuista de la obra. Pero, hay otras historias que esperan. 

– ¿Por qué de la docencia pasa a dedicarse a la literatura como pasión o como trabajo?
- Estuve en el medio docente cerca de cuarenta años y creo haber actuado siempre con honestidad en mi labor, pero la pasión que brota cuando se está  cumpliendo con algún proceso, empecé a sentirla en la creación de una historia que se amalgama en el sendero literario que retomé cuando me separé del sistema educativo. No obstante, de una u otra manera, en mis historias frecuentemente hay un dejo de enseñanza que va regándose, como la semilla dejada en el surco abierto del sembrador.

- ¿Qué significado tiene para usted la literatura?
- Puedo decir que, entre tantas respuestas dadas a esa pregunta, la literatura es un camino que escogemos andar, cuando la necesidad de expresarnos supera nuestros miedos más profundos para comunicarnos. El hombre crea universos en su imaginación, para remendar en algo su propia realidad, cuando lo choca de frente. Así, va construyendo su propia colcha de retazos.

- ¿En qué se basa, cual es su musa para lograr inspirarse y escribir sus novelas?
-  Yo creo que mi “necedad” creativa va de la mano con las andanzas de un mundo convulso que nos ha tocado vivir. De allí se nutre; pero para darle forma hay que imponerse un valor disciplinario que muchas veces, se ha visto resquebrajado por las muecas grotescas y desdeñosas que el día a día nos muestra. Es difícil cumplir un proceso de escritura frecuente, constante, ininterrumpido y más, cuando el mismo no te da ni siquiera para complementar los gastos diarios de una economía constreñida, incompatible con la razón que se plantea un ciudadano común. 

- ¿Qué géneros literarios suele desarrollar y bajo qué temáticas?
- Escribo de todo aquello que me haga guiños en un particular estado de ánimo, es decir, me atrevo en la narrativa con mayor frecuencia y luego en la poesía, pero con ésta tengo un choque de trenes perenne, porque, como llanero, los versos me nacen rimados de manera natural, espontánea y me parece o creo entender, con todo respeto, que para los entendidos, la poesía rimada quedó atrás en el tiempo y en el gusto de la vivencia humana. Así que, he optado por dejar de lado la rima agradable y sonora al oído que, sin embargo, me brota silvestre, como el monte.

 De ensayo no me he propuesto, porque el punto de vista particular acerca de un tema planteado por alguien versado en su campo, es algo más bien privado sobre ese hecho. Me quedo entonces con la narración breve o extensa, para canalizar mis inquietudes espirituales, ya que la creatividad literaria está muy cerca de la senda espiritual.

En tres y dos... lanza. La decisión de Alvarito
– En tres y dos, lanza, una novela dedicada al béisbol, ¿es usted fanático o surgió de repente? 
- “En tres y dos…lanza” es una novela corta que me satisface, porque como casi todos los niños de un país cuyo deporte rey es el beisbol, crecí con la ilusión de emular a los ídolos deportivos que realizaban sus hazañas en el terreno de juego. Soy un ferviente seguidor del beisbol de grandes ligas, sobre todo, del mundillo interno que se vive en las organizaciones que lo conforman. Por ello, la trama de esta novela gira en torno al beisbol que se juega a ese nivel. Como hecho curioso, la revista digital “The crow magazine” de España, que no es un país beisbolero precisamente, me publicó la novela, mientras que acá, un país eminentemente beisbolista, no se ha hecho todavía, salvo en edición de autor. 

 – Cuéntenos un poco sobre sus publicaciones, Lo que viene del alma (1998), Poemas que alzaron vuelo (2008), Reminiscencias de un masón alejado (2011) ¿se encuentra trabajando en alguna en otra en particular?
- Las dos son libros de poesía, incompletos, ingenuos, tal vez, propios de un entusiasmo fervoroso no canalizado, más que de un trabajo disciplinado.

 “Reminiscencias de un masón alejado” es una crónica masónica, donde cuento mis andanzas por esa hermandad discreta y milenaria. Ahora estoy enfocado en la construcción de una trilogía masónica, porque en el país nadie ha escrito una novela con estas características de intriga y misticismo y esta saga se orienta en ese orden. 

El primer libro, cuyo título general es “Territorio vedado”, se llama “La regresión” y ya está publicado en Amazon; el segundo de la serie va a la mitad de lo pautado y el tercero está en esquema. Espero que alguna editorial se entusiasme para su edición en físico. Es una saga de aventuras masónicas, pero que puede ser leída por todo público entusiasta de ese mundo ancestral, esotérico y misterioso. Es la eterna lucha entre el bien y el mal. 

– Como venezolano, escritor y crítico, ¿cómo ve la literatura en Venezuela?
- Quisiera verla con los ojos de un optimista desbordado, pero no tengo más que los míos. Creo que, para que haya un escritor, tiene que haber un lector y viceversa y aquí no hay una cultura lectora que se estimule según vaya andando el año. Pasa también que no tenemos las estaciones climatológicas de otras latitudes que influyen con su llegada en el ánimo y en el comportamiento de cada uno y que suele canalizarse a través de la lectura y se planifica para ello.
Hay, sí, entusiastas creativos que ponen su mejor disposición para culminar sus obras y qué bueno que se las publican. Veo con interés algunos centros literarios que programan presentaciones de libros, celebrando, con toda propiedad, la aparición de estas obras, para deleite de muchos. Y hay las ferias anuales de libros, necesarias para el medio. Pero, quienes andamos en ese camino literario, debemos seguir, porque entre las piedrillas y guijarros que se acumulan en sus orillas, hay tesoros dejados por los que ya pasaron, y, a veces, se encuentran.

– A los jóvenes, ¿qué recomendación podría darles para que se involucren más con la literatura?
- Involucrarse con la literatura tiene mucho que ver con la respuesta a la pregunta anterior, pero si llegare a inquietarles algún sendero literario, síganlo, si desean dejar sus huellas en alguna actividad que navegue inquieta por ese mar creativo que se agita en la mente de cada uno. 

Quien se empeñe en escribir, lo hará, con mucha, poca o ninguna fortuna, pues, ello escapa al control personal y lo que esté fuera de nuestro alcance, no debe perturbarnos. Escriban, si les gusta y lean, si les complace, ya que existen universos en la literatura para todos los gustos y todos los colores. 

- ¿Dónde podemos conocer más sobre usted y estar al día con sus avances literarios?
- Apenas tengo contacto con las redes sociales, en el Twitter y en el Facebook, donde dejo algunas veces, parte de mis inquietudes literarias. En la plataforma de Amazon.com se encuentra publicado mi libro en versión digital ¨La Regresión¨ de la saga ¨Territorio Vedado¨ para el que sienta interés. Con la revista digital española “The crow magazine¨ que he colaborado con anterioridad, y con “Visión literaria”, ahora. Pero no pido más, a menos que, me pidan más.



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